viernes, 3 de diciembre de 2010

Biutiful: La vida no es bonita.


Película: Biutiful (México-España, 2010)
Director: Alejandro González Iñárritu
Actores: Javier Bardem, Maricel Álvarez, Hanaa Bouchaib, Guillermo Estrella, Eduard Fernández, Cheikh Ndiaye.

Crítica: Estás en la calle junto a cientos de personas, lo que probablemente hagas al cruzarte con una es saludarla, desearle los buenos días, verla despectivamente o darle un empujón; muchas veces caminamos y nos cruzamos a nuestro alrededor con varias vidas y no nos ponemos a pensar que aquella persona que pasó esté a punto de morir, tenga alguna enfermedad o esté sufriendo. Ésta y otras reflexiones se plantean en Biutiful, la nueva obra de Alejandro González Iñárritu, que de beautiful no tiene nada.

En los barrios bajos de Barcelona nos encontramos con Uxbal (Javier Bardem), hombre divorciado con la custodia de sus dos hijos pues su exesposa es una alcohólica y cornuda, trabaja ayudando a inmigrantes africanos y chinos a ganarse el pan de cada día, con una pequeña casa y puede ver a los muertos. Cuando el destino le comienza a jugar feo en su vida deberá tomar las decisiones correctas para morir en paz.

Tras realizar una trilogía de guiones escritos por Guillermo Arriaga, Alejandro González Iñárritu cambia parte de la estructura narrativa de Amores Perros, 21 Gramos y Babel para en un guión de su autoría, Armando Bo y Nicolas Giacobone contar de nuevo en español una sola historia (sin cruzar varias como en sus proyectos anteriores) en la que se tocan de nuevo temas clásicos en la filmografía del cineasta como son la muerte como punto de referencia a un mundo sumido en la pudredumbre y las acciones que se toman por ello ahora no en un choque o un viaje sino en la vida del protagonista, que es decisiva para su entorno, además de hacer un gran juego analítico de la globalización: una película de producción mayoritariamente mexicana dirigida por un mexicano, actuada por españoles, chinos y africanos en las que el bienestar del protagonista se basa en dos culturas totalmente ajenas a él, el racismo del que se adapta uno sólo por unos cuantos euros, pesos, dólares o lo que sea. Me parece que el cambio que realiza Iñárritu en lo narrativo fué lo más correcto ya que creo que la fórmula que se utilizo en Amores Perros, 21 Gramos o Babel ya estaba muy gastada en la última mencionada además de ser algo sobrevalorada; en éste estilo además de que lograr que el espectador se adentre en el personaje de Bardem, provoca mayor reflexión y el objetivo principal de Iñárritu en sus filmes, contagiarnos de tristeza y desesperanza como pocas veces, y es cierto, es una película que no debe verse si se esta deprimido pues te deprimirá mucho más, pero qué grande que el cine provoque esa catarsis negativa tan profunda y ésto es lo que se le puede admirar de este filme más que otro de Iñárritu (que de por si son sumamente tristes). En el aspecto negativo de lo narrativo podría haberse eliminado parte de las subtramas de los chinos que no intervienen demasiado en la idea principal. Técnicamente la película es bellísima por plasmar lo no "Biutiful".




Qué decir de las actuaciones, todos los actores encajan definitivamente con sus personajes y los dotan de una naturalidad y sentimientos de excelsa manera: Javier Bardem merecidamente ganó el premio a la actuación en Cannes, otro actor no hubiera podido plasmar toda esa mezcolanza de sentimientos que tiene Uxbal. Maricel Álvarez en su primer proyecto igualmente nos regala una actuación mordaz y qué decir de los pequeños Bouchaib y Estrella, Cheikh Ndiaye o Cheng Tai Shen, todos estupendos.

La dirección de fotografía de Rodrigo Prieto utiliza muy buenas tomas y atrapa colores de gran manera para intoxicarnos de algo triste, amargo, asfixiante. Principalmente a cámara en mano (técnica favorita del cinefotógrafo mexicano) vuelve al espectador testigo del mundo desolado de Uxbal en una Barcelona alejada de lo que muestra Woody Allen u otros autores, tan alejada que la Iglesia de la Sagrada Familia parece una torre borrosa tras las fábricas y chozas de aquellos barrios, la fotografía de Prieto siempre en busca de encontrarle lo biutiful a lo triste.



La música de Gustavo Santaolalla, otra de las grandes alianzas con Iñárritu utiliza piezas que nos hacen sentir en un real requiem moderno (así es como Iñárritu ve a esta película) acompañado de melodías que atrapan al espectador en el calabozo de la vida y con música adicional que encaja excelente en la propuesta.

Nos hallamos ante el mejor trabajo hasta la fecha de Iñárritu, un trabajo tristemente bonito, la primer real Obra Maestra que le he encontrado a este cineasta, una de las mejores películas del año. Esperemos que con este filme México al fin tenga el premio de la Academia a Mejor Película Extranjera en las manos de Iñárritu, eso sí sería un momento Biutiful.

Calificación:

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