martes, 28 de febrero de 2012

La Invención de Hugo Cabret: El cine como máquina de sueños.

Película: La Invención de Hugo Cabret (Hugo, EUA, 2011)
Director: Martin Scorsese.
Actores: Asa Butterfield, Chloë Grace Moretz, Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen, Jude Law, Helen McCrory, Christopher Lee.



-CRÍTICA CONTIENE SPOILERS-

Crítica: Martin Scorsese nos tiene acostumbrados a un cine muy adulto, con personajes oscuros y principalmente delincuentes. Esta es la primer película meramente familiar de este cineasta y la primera en 3D, por lo cual nos cuenta que Scorsese tenía muy oculta esta faceta y que el mismo grandioso talento para otros proyectos es latente en esta cinta.
Hugo Cabret (Asa Butterfield) es un huérfano que ajusta sin que nadie lo sepa los relojes de una estación de trenes de Paris. Junto a Isabelle, la nieta (Chloë Grace Moretz) de un vendedor de juguetes amargado (Ben Kingsley), Hugo buscará resolver el misterio que guarda un autómata en busca de algún mensaje de su padre. Pero parece que el mecanismo también encierra una conexión con Isabelle y su familia.
Con esta cinta basada en la novela semi-gráfica The Invention of Hugo Cabret (Semi-gráfica puesto que la narrativa es acompañada con varias hojas con dibujos de partes de la novela) de Brian Selznick y adaptada por John Logan, Martin Scorsese nos muestra que es capaz de trabajar en una cinta de corte infantil de una manera grandiosa: logrando una adaptación muy fiel en lo narrativo y visual de la novela donde quizá la única falla sea un poco que le faltó delimitar un poco más a más de un personaje enfocándose principalmente en Hugo y en George Méliès pero dejando un poco opacados a otros, pero no es un error garrafal y éste se compensa con la perfección con la que Scorsese desarrolló cada escena, tratada con una gran delicadeza y precisión, ésto siendo clásico en el cineasta neoyorkino en el que podemos encontrar grandes coincidencias con Hugo, un hombre creativo e innovador y con un gran amor por el cine, siendo esto último el valor que rescata la cinta y que enaltece como muy pocas veces se ha visto. A la vez es la primera película que Martin Scorsese realiza en tercera dimensión y como el gran maestro que es, Scorsese da un tratamiento de ese formato inigualable y artístico que crea una atmósfera mágica y llevándonos a través de la pantalla al Paris de los 30's.


Las actuaciones individualmente hablando no son ejercicios meramente memorables pero cada actor desarrolla su papel de una manera excelente. Los chicos Asa Butterfield y Chloë Grace Moretz que ya han trabajado protagonizando filmes vuelven a demostrar que tienen un gran talento y futuro y Grace en particular se va definiendo poco a poco como una actriz camaleónica, al igual que Sacha Baron Cohen que siempre le imprime un toque cómico a sus personajes aún cuando sean estos villanos, como es el caso del Inspector, un personaje reprimido pero con algo de alma. Si Butterfield logra mostrarnos el niño interior que hay en Marty, Ben Kingsley que interpreta a George Méliès, nos muestra el amor por el que Scorsese le tiene a su profesión, ser director de cine. Igualmente da gusto ver a Christopher Lee, a Helen McCrory y a Richard Griffiths.


La fotografía de Robert Richardson siempre me ha parecido muy distintiva, tiene una paleta de colores muy llamativos única y demuestra que es capaz de realizar cualquier plano que se requiera y más para el perfeccionista de Scorsese. En esta ocasión los colores son entre azulados y dorados y tomas con una gran cantidad de giros y con una perspectiva muy definida para darle ese efecto artístico y sorprendente al 3D usado en la cinta. Ésto se maximiza con la fotografía virtual del Paris de los 30's y los efectos visuales de Robert Legato, Joss Williams, Ben Grossmann y Alex Henning, el siempre asombroso diseño de producción de Dante Ferreti, la decoración de Francesca Lo Schiavo y el vestuario de Sandy Powell que como dije antes hacen de la estación de trenes, de Paris y de sus personajes un lugar mágico y en donde todo ello se conjuga desde el primer inolvidable plano secuencia que va desde los cielos de Paris hasta la cueva mecánica de Hugo.

La música de Howard Shore casi nunca será un trabajo muy parecido a otros y esta no es la excepción, pues este maestro logra acoplarse bastante bien al contexto mostrado en la cinta, en esta ocasión se enfocó en usar una música que combine la música tradicional del cine silente con la tradicional francesa para regalarnos una banda sonora muy peculiar, elegante, en momentos infantil pero todo ello para lograr musicalizar el entorno fantástico del filme.

Como se ha dicho en muchos artículos, Scorsese le da en rollo de celuloide una carta de amor al Cine, ese arte que a pesar de los adelantos y el lado comercial de éste sigue siendo un vehículo para transportarnos a mundos de magia. Esta película se integra al catálogo de obras maestras de Scorsese.

Calificación: 

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